Los senderos de Quila Quina, una pequeña villa enclavada en los alrededores de San Martín de los Andes, Neuquén, son una síntesis del cruce de culturas que encierran vastas regiones de la Patagonia argentina. En el casco residencial hay bellas construcciones de montaña, cuyos propietarios ocupan uno que otro fin de semana. En los alrededores, desde mucho antes que llegara el turismo, grupos aborígenes. Esta es la tierra de la comunidad mapuche Curruhuinca. Aquí trabajan sus huertas y crían el ganado; entre bosques de robles, coihues, ñires y maitenes.
Cada año los padres y maestros de la escuelita del lugar, a la que asisten mayoritariamente niños mapuches, conforman una comisión destinada a recaudar fondos para las innumerables necesidades que van apareciendo. Esta vez, en un tono festivo, los mapuches cabalgaron de los bosques al pueblo. Ellos mismos se convirtieron en una herramienta para sostener a los alumnitos de Quila Quina, y en un atractivo sorprendente para los turistas que visitaban el lugar. Este fotorreportaje muestra las jineteadas y juegos criollos que armaron en esta hermosa villa veraniega. Un varieté de juegos típicos de la comunidad mapuche para ayudar a la escuelita.
VER FOTORREPORTAJE
No hay comentarios.:
Publicar un comentario