
“No hay que pedir que los curas sean intelectuales”
Entiende la vida como dinamismo, como búsqueda continua. Allá por los ’60, fue hippie en Nueva York, pintó y experimentó con drogas. Se interiorizó por la filosofía oriental. Durante siete años convivió con los monjes trapenses, donde aprendió el valor del silencio, “de la escucha”. Pensador, filósofo, poeta y sacerdote, recibió a Clarín.com en su departamento de Recoleta y habló de todo: sida, castidad y uso de preservativos. Al mencionar el estado de salud del Papa Juan Pablo II, opina que “sería un acto de compasión hacia sí mismo renunciar”.
Marcela Mazzei - Fotos: Ary Kaplan Nakamura
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