"La pasión amorosa es una droga"
Hablando cara a cara, palabra a palabra, Rosa Montero transmite una certeza profunda: ha nacido para ser escritora y no podría ser otra cosa en la vida. Sin embargo, esa gran vocación le ha permitido nunca ser la misma, y, en cada libro y con cada personaje, convertirse en otras muchas personas. Y así, desde que su memoria lo recuerda, dice: "Me he acostumbrado a ordenar los recuerdos de mi vida con un cómputo de novios y libros" (como escribió en La Loca de la Casa, 2003).
Fotos: Ary Kaplan Nakamura
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